La Caracas del Siglo XIX

Con el fin de comprender mejor los eventos que vivieron los tatarabuelos, bisabuelos y abuelos que menciono en estos apuntes, creo que es necesario hacer un breve recuento de la historia republicana de nuestro país, que (como la historia en muchos otros países) es una historia mitificada, a la conveniencia de los gobiernos de turno.

Se nos ha dicho que Venezuela era una de las regiones más pobres y abandonadas del Imperio español. Esto fue cierto durante casi 300 años, ya que los conquistadores no encontraron aquí yacimientos de metales preciosos, pero a fines del siglo XVIII la producción de cacao y otros productos agrícolas comenzaron a transformar la región y ya principios de 1800 Venezuela duplicaba las exportaciones del Virreinato de la Nueva Granada y sus solas exportaciones de cacao casi doblaban las de la plata del Virreinato del Perú. Para corroborarlo cito un reporte de 1808, del Duque de Wellington, el vencedor de Napoleón en Waterloo y luego Primer Ministro inglés, que dijo: “Los territorios de la Capitanía General de Caracas son los más fértiles del mundo y podrían transformarse en la más valiosa colonia que la Gran Bretaña podría poseer”. Además, como ha sido demostrado y documentado, en ese periodo florecieron también en Venezuela las artes y la cultura.

Nuestra independencia no fue una guerra entre España y Venezuela, como nos enseña nuestra historiografía, en realidad fue una guerra civil entre caudillos venezolanos partidarios del rey y caudillos venezolanos partidarios de la independencia, los patriotas fueron apoyados por Inglaterra, que envió tropas como la “Legión Británica”, y los realistas fueron apoyados por España, que en 1815 envió a Venezuela al General Pablo Morillo al mando de una gran expedición de 18 barcos de guerra y 42 transportes en los cuales viajaban 500 oficiales y 10.000 soldados. Se debe mencionar que este ejército español, que en un principio tuvo varias victorias sobre los patriotas, finalmente fue derrotado en 1819, en la batalla de Boyacá. La lucha por la independencia se da por terminada en 1830, cuando se disuelve la Gran Colombia.

Arturo Uslar Pietri dijo: “El venezolano no conoce bien su historia, ya que la misma ha sido cambiada muchas veces a la conveniencia de cada nuevo grupo que llegaba al poder. El periodo colonial siempre ha sido presentado, falsamente, como una monstruosidad, pero que, a inicios del siglo XIX, apareció, milagrosamente, la generación fantástica de la independencia, que fue la que liberó al país del yugo español. Pero la verdad es que la independencia de Venezuela fue un suceso cataclísmico, que deshizo todo lo que había en ese próspero país, que en 20 años de luchas perdió la tercera parte de su población, toda su riqueza y sus instituciones y solo quedó el caos, la destrucción y la miseria. Posteriormente vinieron 70 años de caudillismo y guerra civil, lo que trajo aun más miseria. Las revoluciones solo finalizaron en 1903, durante el gobierno de Cipriano Castro, cuando el primer ejército nacional, comandado por Juan Vicente Gómez, derrotó al último caudillo”.

Se debe decir también que con contadas excepciones los presidentes que tuvimos hasta 1899 (cuando Castro llega a la presidencia) fueron malos gobernantes. En su gran mayoría no eran más que caudillos de peonada y casi todos llegaron al poder por la vía del alzamiento, del populismo, y siempre, siempre, reivindicando justicia para el pueblo, invocando el sacrosanto nombre de Bolívar, nuestras glorias patrias y nuestro gran mestizaje, pero su principal objetivo era tener el mando y el erario público. La duración de los gobiernos de estos dictadores venia determinada por el precio del café (luego veremos el mismo fenómeno con los precios del petróleo). Efectivamente, historiadores tan importantes como Ramón Díaz Sánchez y Tomás Polanco Alcántara han hallado una coincidencia entre la subida o bajada en los precios internacionales del café con los periodos de calma y  los estallidos sociales:

En 1830 el desmembramiento de la Gran Colombia, coincide con una caída de los precios del café y la pérdida del principal comprador de nuestro cacao, España. En 1839 Páez inicia su segundo mandato, coincidiendo con una subida de  los precios del grano, y se gozó de cierta estabilidad (Un año más tarde, en 1840, nace en Buonabitacolo, Italia, el tatarabuelo Biase Menta).

En 1845 ocurrieron oscilaciones en los precios y se inició el primer alzamiento de Ezequiel Zamora contra el Presidente Soublette (por esos años el tatarabuelo Espíritu Santo Osorio llega a Venezuela), la rebelión fue dominada, pero los levantamientos continuaron, hasta que en 1859 comenzó la demoledora «Guerra Federal», que solo terminaría en 1863.

Entre 1870 y 1897 el precio volvió a subir estableciendo records, el país tuvo un largo periodo de calma y bienestar, lo que permitió la hegemonía de Guzmán Blanco (en esta época, aprovechando la mencionada bonanza, llegaron al país  mi tatarabuelo Biase Menta y mis bisabuelos Giuseppe Angelo Menta y Francesco Cupello.

EN 1898 hubo un nuevo descenso en los precios del café y el país volvió a agitarse, lo que provocó la caída del gobierno de Ignacio Andrade; y Cipriano Castro (cuyo apoderado era el bisabuelo, Manuel María Osorio) accede a la presidencia; pero lo precios siguieron bajos y en 1908 Juan Vicente Gómez toma el poder. Al año siguiente el precio del café subió de nuevo y en 1918 comienza la explotación petrolera, lo que consolida a Gómez en su cargo, se inicia entonces un periodo de crecimiento sostenido que duro más de 60 años, que benefició a la población del país y que fue aprovechado por empresarios como mi abuelo Salvador y sus hijos.

En 1958, con la caída de Pérez Jiménez, se estableció un verdadero sistema democrático que durante 20 años tuvo una alternancia positiva para el país, sin embargo, desde 1979, y por 25 años más, el precio del petróleo cayó en los mercados internacionales creando un continuo descenso en la economía, lo que trajo el «Caracazo» de 1989 y el golpe de estado de Chávez de 1992. Y así cierro este breve recuento de la historia de Venezuela que coincide con  los eventos que vivieron los antepasados que se mencionan acá.

Para completar un diagnostico de la historia de nuestro país es necesario mencionar otros factores culturales: Al igual que todos los países hispanoamericanos Venezuela fue colonizada por españoles, que venían al nuevo mundo como soldados, es decir sin esposas y sin familia (como si fue el caso en los Estados Unidos y Canadá) y siendo hombres jóvenes es comprensible que se hayan juntado con las mujeres indígenas de la región y de esa unión nació nuestro muy celebrado mestizaje, que fue un vinculo entre «amos y siervos». Como dijo Uslar Pietri: De los conquistadores españoles, que eran blancos pobres con complejos de hidalguía y desprecio al trabajo, heredamos nuestra mentalidad pícara y rentista, y de los indios y negros, que eran etnias sometidas, heredamos nuestra mentalidad esclavista: la de trabajar el mínimo posible y aprovecharse al máximo de la gente seria y trabajadora, que son los que llevan el país hacia adelante, pero que la mayoría de la población los llama pendejos”. Y así evolucionó la famosa «viveza criolla» en toda la América Latina.

Una síntesis de lo anterior la hace Francisco de Miranda, que fue un experimentado general europeo, cuando en 1812, al caer la primera república, al referirse a los exaltados revolucionarios mantuanos que nunca lograron ponerse de acuerdo, y que luego, lo traicionaron entregándolo a los españoles para ellos salvarse, expreso: «Bochinche, estas gentes no saben hacer más que bochinche». Más tarde, con la república, llegaron los caudillos que agregaron el populismo y la mentira política, para tener el apoyo de las clases más bajas, resentidas y poco educadas. A este respecto menciono una frase de Bolívar: «Un pueblo ignorante es un instrumento ciego de su propia destrucción, la credulidad de hombres ajenos a todo conocimiento hace que ellos  adopten como realidades lo que son puras ilusiones».

Así vemos que nuestra Venezuela, de los siglos de XIX y XX, donde convivieron nuestros antepasados, mayormente estuvo atada a buenos y malos tiempos y a caudillos autócratas, algunos de ellos pésimos gobernantes. Y hoy en día seguimos teniendo una población en gran parte pobre, con malas costumbres y hábitos que pasan de generación en generación.

El venezolano tiene muchas virtudes, es generoso, abierto con todos, incluyendo los extranjeros que han llegado (entre ellos mi propia familia, no reconocerlo sería ingrato), es alegre e igualitario. Pero mientras más pronto entendamos cuales son las partes negativas de nuestra historia y de nuestra personalidad más pronto se podrán resolver los problemas del país y daremos un mejor futuro a nuestros descendientes.

FUENTES:

  • Carlos F. Duarte. “Misión secreta”. Eds. Fundación Pampero, 1991
  • Alfredo Toro Hardy. “Venezuela a punto de ser colonia Inglesa”. El Universal, 1.07.2004
  • Manuel Caballero. “El 19 de Abril fue un gesta civil”. El Universal, 05.04.2010
  • Carlos Rangel. «Del buen salvaje al buen revolucionario». Monte Ávila Editores, 1976
  • Luis Ugalde y Pedro España. “Detrás de la pobreza”. Eds. UCAB, 2004
  • José Rafael Lovera. “Vida de hacienda en Venezuela”. Eds. Fundación Bigott, 2009
  • Arturo Uslar Pietri. Entrevista con Jorge Olavarría, 1995

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