Espíritu Santo Osorio y Francisca de Paula Chipia
Hago algunos comentarios sobre este tatarabuelo, ampliando lo acotado por mi mama: Según la tradición familiar Espíritu Santo, mi tatarabuelo materno, era vasco, de Bilbao, noble y rico, vino a Venezuela, quizá de unos 25 años, por razones políticas, porque era “carlista”: Pensaba que Don Carlos de Borbón debía ser el rey de España en lugar de la reina Isabel II, ya que la «ley Sálica», que regía en España desde 1713, decía que solo los varones podían heredar el trono, y el rey Fernando VII la había cambiado, ilegalmente, para favorecer a su hija Isabel en detrimento de su hermano Carlos. Ambos bandos se enfrentaron a lo largo de tres cruentas guerras, entre 1833 y 1876, que finalmente vencieron los isabelistas, y muchos carlistas debieron abandonar España para evitar ser hechos prisioneros. Decían mis tías que Espíritu Santo había heredado una hacienda de nombre “San Gian”, en Borburata, Carabobo, y al huir de España él se estableció allí.
Dos primos hermanos españoles, Antonio y Marcos Campos, que habían estudiado el tema, me informaron que Espíritu Santo, al declararse “carlista”, se había opuesto a la monarquía reinante en España y a la iglesia católica (que apoyaba a Isabel y que tenía un poder muy grande en esos tiempos); por lo que al establecerse en Venezuela fue presionado por su familia y se vio obligado a ceder la primogenitura, junto con los títulos nobiliarios y las propiedades que tenía en España a un hermano menor, de nombre Ramón. Quizá por esa razón mi mama refiere que este tatarabuelo «no quiso saber más nada de España, y cuando le llegaban cartas de allá las rompía».
Más tarde se casó con Francisca de Paula Chipía (otra Francisca de Paula), nacida alrededor de 1835. Mi mamá en sus memorias cita: “Espíritu Santo era terrible, dominante, muy machista y celoso de su esposa que era muy bonita, le amargó tanto la vida que ésta no se santiguaba para no nombrarlo” (En el nombre del Padre, del Hijo y del …); mis tías aseguraban que ella era nieta de un edecán de Bolívar. Del matrimonio nacieron dos hijas y un hijo póstumo, al que bautizaron con el nombre de Manuel María.
Muchos parientes, pensábamos que lo de la nobleza de Espíritu Santo y lo del edecán todo esto eran las clásicas historias que la gente inventa sobre sus antepasados y que «la Chipía», por el nombre, debía ser una india. Pero no, Chipía es un apellido también de origen vasco, y lo del edecán resulto ser verdad, en el libro “Memorias de Simón Bolívar”, escrito por el General franco-alemán Decoudray Holstein, que fue Jefe del Estado Mayor del Libertador en 1816, este menciona varias veces al Coronel Pedro Ramón Chipía, (de Carache, Trujillo, de ascendencia española) a quien califica como “el mejor oficial ingeniero del ejercito patriota y que efectivamente fue Edecán y además Jefe de Ingenieros de Bolívar. Pedro Chipía combatió en varias contiendas importantes y murió heroicamente en la batalla de San Félix, en 1817.
Volviendo a Espíritu Santo, la probable fecha de su llegada a Venezuela puede haber sido al final de la segunda guerra carlista, en 1849, parte de ella se desarrolló en el «País Vasco», sobre todo en Bilbao, por lo que muy posiblemente si abandonó su país por esa causa; y como comprobé en internet, aún existe una hacienda «San Gian» en Borburata.
Mi mamá escribió que Espiritu Santo “falleció de unos 34 años, al caer de un caballo, y al morir le dejo a su esposa una cuantiosa fortuna y muchas propiedades, pero su administrador un señor de apellido Yllas, le hacía firmar papeles y más papeles; y un día, de la noche a la mañana se quedó sin nada, teniendo que ir a vivir en una casita humilde que fue lo único que le quedó. Empezó a trabajar para ganarse la vida y su hijo, un niño de 8 años tenía que ir de madrugada al mercado de Puerto Cabello a vender los tabacos que ella elaboraba”. Según acta del Cementerio General del Sur, de Caracas, Francisca de Paula Chipia de Osorio fue enterrada en el panteón de los Osorio el 23 de Abril de 1910.
En referencia a la nobleza de este tatarabuelo, a mi tía abuela, Inés, la oí varias veces recitar sus títulos y me los sé de memoria: «Don Espíritu Santo Arce de Osorio, Alvear de Ramírez y Novoa, Nieto de Paz y Barba, Barón de Valderrubia, Grande de España de Primera Clase, Cubierto ante el Rey». Cuando yo estudiaba en Inglaterra, le mencioné esto a un amigo español, noble, Pedro Cañedo; imagino lo que habrá pensado: «Estos sudacas, con esas pretensiones»; me dijo que él había oído hablar de los «Grandes de España», pero nunca de «Primera Clase» y tampoco de lo de «Cubierto ante el Rey» y dijo que el apellido Osorio no era vasco, sino castellano. Pero sí, ambos títulos aparecen en Internet como distinciones españolas y el apellido Osorio si existe en el país vasco, ver el link http://centroestudiovascoantioquia.blogspot.com/2010/11/antioquian-euskal-abizenak-apellidos.html.
En el link Francisco OssorioBarba + Felipa Nieto de Paz VI Señora…aparecen asociados los apellidos Ossorio y Nieto de Paz y Barba, como nobles y en este otro sitio: Doña Felipa Nieto de Paz Maldonado y del Manzano n.n… se dice que unos Osorio, Nieto de Paz y Barba se establecieron en Venezuela, en Mérida, en el siglo XVI y combatieron al Tirano Aguirre en el sitio de Borburata, qué casualidad. Otra coincidencia es que, efectivamente, todos los Chipía de Venezuela que se pudieron conseguir en “Family Search” eran originarios de Mérida, donde se establecieron originalmente los Osorio Nieto de Paz y Barba, y habría la posibilidad que estos tatarabuelos se conocieran allá y luego hayan ido a la hacienda San Gian.
Hasta el momento no se ha conseguido ninguna información sobre estos antepasados en los registros digitales. Un amigo historiador, Carlos Duarte, me dijo que en Venezuela muchos archivos oficiales y eclesiásticos se habían perdido, pero seguimos tratando. En cualquier caso les dejo esos datos, por si algún pariente, algún día, los quiere investigar.
Ramón Antonio Rovero Sanz e Isabel Finol Sordo.
Aparte de lo que menciona mi mamá en sus recuerdos sobre estos tatarabuelos, conseguí una información adicional sobre los Rovero, que apareció en internet, en la página de genealogías de «Geni», proporcionados por un «curador», Pablo Romero. Así que muestro estos datos, que complemento con lo citado por mi mamá: Geni dice que Ramón Antonio del Sacramento Rovero Sanz nació en 1813, era hijo de Ignacio Rovero y de María Petronila Sanz Troconis. Mi mamá a su vez dice que este tatarabuelo nació en Colombia y era hijo de un italiano (el apellido parece que era Róvere) y que en un viaje que hizo de Santa Marta a Maracaibo, conoció a Isabel Finol, de una muy buena familia de la ciudad, se casó con ella y se quedó allá. Según mamá, el matrimonio tuvo cuatro hijos, Geni menciona a dos de ellos: Elvira (la bisabuela), que nació en 1863, y un varón de nombre Antonio, que nació en 1864 y murió en 1873, a los nueve años, pero mi mamá dice que habían dos hijas más, y que una de ellas se llamaba Isabel (como su madre).
En cuanto a Isabel Finol Sordo, Geni dice que era hija de José Florentino Finol Farancon, nacido en 1808 y de su esposa Francisca, nacida en 1820 (ambos marabinos). No tengo datos exactos de su nacimiento o muerte, pero por las fechas de nacimiento de su madre e hijos, y como mi mamá (nacida en Octubre de 1920) menciona que cuando ella estaba recién nacida, su bisabuela Isabel, la cargó y pensó que era una estatua del niño Jesús (que está en mi casa) y poco después murió, de más de 80 años, se puede calcular que nació hacia 1840 y murió alrededor de 1921. Hago notar que Ramón Antonio, nacido en 1813, tenía 50 años cuando su hija Elvira nació, y su esposa Isabel, tendría unos 26. Por esos tiempos era normal que un señor cincuentón se casara con una veinteañera; de hecho, en todo el mundo occidental las mujeres de un cierto nivel social se casaban por conveniencias y de acuerdo a la voluntad de sus padres. Cuenta mi mamá que Ramón Antonio Rovero se suicidó, porque no tenía el dinero para pagar la deuda de un pariente o amigo del que era fiador.